El día anterior me dormí a las doce y media, me desperté a las 5:50, me vestí, cogí los papeles y los documentos que había que llevar a la reunión y... ¡¡¡Salimos de casa a tiempo!!! (un fenómeno raro en mi familia). El caso es que fueron tres horas y pico de interminable viaje en coche (el que me espera para cruzar el atlántico), pero al final llegué a Oviedo y aún nos dio tiempo de parar a tomar algo a media mañana (pintxo de tortilla... jeje).
Entramos al hotel y allí ya estaban los otros becados (qué emoción), estuvimos charlando un rato y me enteré de que ya habían creado un grupo de whatsapp en el que había muchísima gente por lo que les pedí que me metieran. Entramos a una sala y había once sillas puestas en un círculo, nos sentamos y estuvimos todo el día (literalmente) hablando sobre dudas o haciendo juegos o actividades.
Terminé a las seis y emprendí el viaje de vuelta a casa (otras tres horas y pico).
Creo que esta experiencia es como un pellizco de realidad que me despierta y me dice: -Tío, que te vas a Canadá, que no es mentira, no es un sueño,...
Pd: Estoy paranoico porque me he dado cuenta de que me quedan 99 días para hacer todo (terminar este curso, hacer las maletas, ir a la playa, quedar con mis amigos,...) antes de marcharme, SÓLO 99 días.
